Las dietas milagro son aquellas que captan muy fácilmente nuestra atención porque prometen la rápida pérdida de peso «sin hacer esfuerzos«.

Estas dietas suelen anunciarse como seguras y sin riesgo para la salud y se propagan con más intensidad en épocas del año en las que la presión social sobre la imagen es mayor, por ejemplo verano.

Son dietas hipocalóricas, con una fuerte restricción de energía ocasionada por la escasa ingesta de calorías aportadas, con una privación extrema de alimentos, dando lugar a situaciones de carencia de micronutrientes peligrosas para nuestra salud, lo que las hace insostenibles en el tiempo.

Si no consumimos un mínimo de calorías, de energía, se destruyen las proteínas corporales, como fuente de energía. Esto provocará una disminución de la masa muscular y la aparición de sustancias peligrosas para nuestro organismo.

Durante la fase inicial de la dieta, la pérdida de peso conseguida corresponde mayormente a la pérdida de agua del tejido muscular. También se pierde grasa. Esta pérdida aumentará si se toman fármacos que promueven la excreción de orina.

Riesgos para la salud de las Dietas Milagro:

• Déficits nutricionales
• Efectos psicológicos negativos
• Posibilidad de ocasionar trastornos del comportamiento alimenticio (Anorexia, Bulimia…)
• Efecto “yo-yo”: Al completar la dieta, el cuerpo responde frente al hambre y los ayunos y pone en marcha mecanismos nerviosos y hormonales que se oponen a la pérdida del peso (mayor rendimiento del metabolismo corporal, mayor ahorro energético, incremento del apetito). Estos mecanismos ayudan a la rápida recuperación del peso perdido cuando se vuelve a los hábitos alimenticios normales formando el tejido graso.

Además:

• No son efectivas en la pérdida ni el mantenimiento del peso
• No son seguras para la salud
• No enseñan a comer saludablemente
• No consiguen cambiar los malos hábitos alimenticios sino que acentúan los errores.

Nuestro consejo:

Si quieres ponerte a dieta para perder peso de manera saludable, acude a un profesional