La dieta mediterránea es una forma de alimentarse que consiste en una combinación equilibrada de los alimentos a base de productos frescos, locales y de temporada en la medida de lo posible. No es una dieta de adelgazamiento.
La dieta mediterránea es también un estilo de vida que se ha ido transmitiendo de generación en generación desde hace siglos y está vinculada al estilo de vida de los pueblos mediterráneos.
Historia de la dieta mediterránea
Las primeras referencias científicas que existen respecto a la dieta mediterránea datan del año 1948 cuando el epidemiólogo Leland G. Allbaugh estudió el modo de vida de los habitantes de la isla de Creta y lo comparó con la de Grecia y EE UU.
Ancel Keys, fisiólogo norteamericano, y su equipo también realizaron un estudio sobre las enfermedades coronarias, el colesterol de la sangre y el estilo de vida de Italia, Yugoslavia, Grecia, Holanda, Finlandia, EE UU y Japón tras la Segunda Guerra Mundial.
Observaron que, en el sur de Europa y en Japón, la incidencia de las enfermedades coronarias era menor, lo que les llevó a pensar que habia un factor protector en el estilo de vida, al que pusieron la etiqueta de «manera mediterránea» (mediterranean way).
Describieron este estilo de vida como:
muy activo físicamente, con una ingestión predominante de productos vegetales y reducida en productos de origen animal.
La posterior difusión de sus resultados asimiló el concepto de «estilo mediterráneo» con el de «dieta mediterránea«, caracterizada por:
- El consumo abundante de pan, arroz, verduras, hortalizas, legumbres, frutas y frutos secos
- El consumo moderado de pescado, marisco, aves de corral productos lácteos y huevos
- El consumo en pequeñas cantidades de carnes rojas
- El consumo moderado de vino en las comidas
- Empleo de aceite de oliva como principal grasa