A la hora de organizar nuestros menús debemos ponernos un objetivo claro: conseguir planificar una dieta equilibrada, adecuada a la edad y que nos permita cubrir las necesidades tanto calóricas como de nutrientes necesarios en cada circunstancia de la vida.
Desde el punto de vista energético, una dieta equilibrada aportará:
- Proteínas: entre un 12 – 14% de las calorías totales.
- Lípidos: entre un 25 – 30%.
- Hidratos de carbono: entre un 55 – 63%.
- Fibra: un 3% aproximadamente.
También, para que una dieta sea equilibrada, es fundamental que:
- La ingesta de estos nutrientes se reparta en 3 – 5 tomas al día.
- El desayuno aporte un 25% de las calorías diarias totales y sea equilibrado, con un aporte adecuado de proteínas, lípidos y glúcidos.
- Las comidas y cenas incluyan una gran variedad de alimentos en la cantidad adecuada para garantizar el aporte de todos los nutrientes necesarios.
Además, para planificar una dieta equilibrada…
Nuestros menús deben cumplir 5 normas básicas:
- Contener la dosis de proteínas justa: No se deben combinar grandes cantidades de alimentos con alto porcentaje proteico, ni tampoco al contrario.
- Incluir siempre verduras y hortalizas: Son bajas calorías, pobres en grasas, y ricas en minerales y en fibra. Además, equilibran, aligeran y dan volumen a las comidas.
- Aportar una buena cantidad de fibra dietética: Si un plato se elabora con productos que no tengan fibra, deberá contrarrestarse con otros que la contengan en mayor dosis.
- Asegurar un buen contenido de calcio: Incluir en cada menú alimentos ricos en este mineral y que mantengan el equilibrio calcio/fósforo.
- Elevar el nivel vitamínico con alimentos crudos: Debemos introducir hortalizas crudas o frutas en cada comida.
Nuestro consejo:
Dedica el tiempo suficiente a esta tarea diaria tan importante y recuerda que «somos lo que comemos»